Cinco retos para una economía ética
Igual ya habéis tenido noticia de que hemos nombrado Doctora Honoris Causa por nuestra Facultad a Adela Cortina, por su labor en el ámbito de la ética en la economía y la empresa. En el acto de investidura, nos regaló una “Lectio magistralis” con el sugerente tema “Economía Ética para un Tiempo Nuevo”. Acababa su lección con los cinco retos que considera más relevantes en el camino que tenemos por delante para construir esa economía ética. Me parecen tan interesantes que voy a atreverme a resumirlos en estas líneas, aunque sin duda el original es mucho mejor (si te interesa, te puedo hacer llegar el texto completo, que entregamos a los que asistieron).
El primero de los retos: unir el poder de la economía a los ideales universales. Así enunciado, queda un poco genérico, y por eso lo concretó: las empresas deberían asumir un papel mucho más activo en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en proteger los derechos humanos, respetarlos y remediar las intervenciones injustas. No son músicas celestiales: es ponerse a ello, y muchas empresas están encontrando ya la forma de implicarse.
El segundo reto: asumir la responsabilidad social como una cuestión de prudencia y de justicia. Reducir exclusivamente el objetivo de la empresa al beneficio de los accionistas, olvidando al resto de los afectados por su actividad, ni es prudente, ni es justo. Y la experiencia demuestra que prescindir de esas dos virtudes acaba por conducir a la empresa a callejones sin salida.
El tercer reto: reducir las desigualdades y, en particular, erradicar la pobreza. Y no por lo molesto que puede ser para los bien situados convivir con los indigentes, sino porque el sistema ha demostrado que la máquina de la prosperidad siempre han sido las clases medias. Si las rentas se desvían hacia las clases más poderosas, la máquina empieza a griparse. Reducir las desigualdades, contribuye a crear las condiciones para el crecimiento y la prosperidad.
El cuarto reto: promover el pluralismo en los modelos de empresa, las nuevas economías. Están surgiendo empresas que responden a nuevas ideas: economía colaborativa, economía circular, economía solidaria… Se diluyen las fronteras entre los sectores público, privado y ONGs, ya hemos hablado de ello en Aula Magna en otras ocasiones. Dejemos que cada modelo vaya encontrando su camino, que las semillas de transformación vayan arraigando y dando fruto.
El quinto y último reto, cultivar las distintas motivaciones de la racionalidad económica. Asumimos que los mercados funcionan de manera eficiente cuando cada uno busca su propio interés, como si esa fuera la única motivación que nos mueve a los seres humanos. Pero lo cierto es que de nuevo simplificamos para perder: a las personas nos mueve también la simpatía, el compromiso…
Si has tenido la paciencia de llegar hasta aquí, quizá estés pensando: menudo sermón de la montaña. Están muy bien todas estas cosas, pero la verdad es que la realidad va por otro camino ¿o es que no has pisado nunca una empresa? Estos temas quedan muy bien en los discursos, pero en la práctica es imposible aterrizarlos sobre una cuenta de resultados…
Lo cierto es que mi vida profesional ha transcurrido siempre vinculada al sector privado. He trabajado en multinacionales, en grandes empresas, y también en PYMES. Y siempre he encontrado a personas, personas que no eran en absoluto simples, sino ricas en matices, en sueños y en esperanzas. Todas diferentes. Y esa riqueza en muchas ocasiones se pierde en las empresas, igual que se pierde en el sistema educativo. Hemos simplificado la economía a una dimensión (ganar dinero), igual que en ocasiones se ve al sistema educativo en esa misma dimensión (formar personas capaces de ganar dinero). Estoy de acuerdo que no es fácil aterrizar las propuestas de Adela Cortina, que suponen un cambio en la forma en la que vemos la economía y la empresa, y que se trata de adentrarse en un territorio inexplorado, para el que necesitamos desarrollar herramientas, aportar conocimiento (seguro que todavía no conoces los ODS, ni entiendes por qué es vital que el sector privado se implique en ellos para recuperar el crecimiento de la economía global). Pero estoy seguro que son cambios que traerán riqueza, porque las personas podremos aportar mucho más de lo que aportamos ahora, nuestras motivaciones encontrarán cauces más amplios por las que fluir. Los retos que nos muestra Adela Cortina, son los retos de este Siglo XXI: no sé a qué estás esperando para ponerte a ello.
https://euskaditm.files.wordpress.com/2016/10/aula-magna-empresa-xxi-2016-11-01-cinco-retos-para-una-economia-etica.pdf