Construyendo una economía de mercado ético y con valores
26-03-2018
En 2013 (Primera fundación
de la asociación en Catalunya) y en 2014 se ponía en marcha la Asociación Catalana de
Fomento de la Economía del Bien Común. Nacía como parte de un movimiento
transversal creado en Austria en 2010 bajo el impulso de Christian Felber,
profesor de la Universidad de Viena. Su objetivo principal es la promoción de
la Economía del Bien Común en Cataluña –EBC Catalunya-. Según nos explica en
esta entrevista José Antonio Lavado, miembro de la Asociación, el objetivo es
crear un espacio de participación para todas las personas y organizaciones que
quieran contribuir a la construcción de un modelo económico con valores éticos
y orientado al bien común.
¿Cómo ha evolucionado
en estos dos años, es decir, cuáles han sido sus hitos y resultados?
Una de los hitos más
importantes ha sido conseguir una muestra diversa de organizaciones que han
realizado el “Balance del Bien Común” –BBC-. En el ámbito de la administración
pública cabe destacar dos iniciativas muy interesantes, por un lado, el
Ayuntamiento de Barcelona ha hecho una prueba piloto con el Distrito de
Horta-Guinardó y, por otro, la Generalitat de Catalunya con la Agencia Catalana
de la Juventud. Otros ejemplos de aplicación del BBC son Can Cet, un centro
especial de trabajo, la Universidad de Barcelona, con quien hemos firmado un
acuerdo de colaboración o el Institut Gutmann en el sector sanitario. Actualmente,
contamos con unos 200 simpatizantes, entre empresas y personas físicas, y con
70 asociados.
¿Cuáles son las claves
de este modelo económico y cuál es su situación en Cataluña?
La Economía del Bien
Común es un modelo de economía de 'mercado ético' que pretende reorientar el
modelo económico actual, basado en el crecimiento ilimitado y en la
maximización del beneficio económico individual, para enfocarlo al servicio de
las personas y del bien común. La economía del bien común, se propone redefinir
los criterios del éxito económico y el instrumento para medir este éxito es el
balance del bien común.
El modelo ya se ha
aplicado en Cataluña en organizaciones de diferentes sectores de actividad.
Además, desde nuestra constitución como asociación, hemos iniciado contacto con
diferentes iniciativas i entidades para sumar sinergias como por ejemplo, la
Fundación Pimec, el Colegio de Censores Jurados de Cuentas, el Consejo de
Relaciones Laborales, la Xarxa d’Economia Solidària, les organizaciones B-Corp
o la asociación Respon.cat, la Generalitat de Catalunya y diferentes
ayuntamientos.
Desde su punto de
vista, ¿cuál es el nexo o cómo se relacionan RSE y Economía del Bien Común?
El movimiento de la
RSE ha conseguido que una gran parte de empresas, pequeñas y grandes, se
sientan interpeladas y desarrollen estrategias, políticas, sistemas de gestión
para contribuir a un modelo de desarrollo más sostenible. También ha logrado
que se desarrollen una gran cantidad de iniciativas legislativas, de
certificaciones, de principios prescriptores y de guías y normas para aumentar
la transparencia y la rendición de cuentas con indicadores financieros y no
financieros.
Quizás no ha
conseguido que las empresas realicen de verdad una transformación de su
cultura, de sus maneras de hacer y por eso aún la RSE no ha conseguido que sea
creíble para la sociedad. Eso requiere ir a la esencia de la naturaleza humana,
a las raíces éticas de cada organización y quizás esa es una de las grandes
aportaciones de la propuesta de la EBC: preguntarse cómo estamos aplicando los
valores éticos fundamentales en nuestras actuaciones cotidianas y como podemos
mejorar para aumentar nuestra aportación al bien común. Sencillo, ¿no?.
Las entidades que
forman parte de la Asociación se comprometen a elaborar un balance del bien
común. ¿En qué consiste y qué aspectos se tiene en cuenta en su realización?
El balance del bien
común (BBC) es una herramienta para medir la contribución al bien común de las
organizaciones y redefinir así el criterios del éxito económico. Este balance
se traduce en un índice que representa el grado de aportación de cada empresa
al bien común. La puntuación se obtiene mediante la Matriz del bien común, a
través de la cual la organización, de manera participativa, valora como está
aplicando en el día a día los cinco valores éticos fundamentales en que
se basa la propuesta de la Economía del Bien Común -dignidad humana,
solidaridad, sostenibilidad ecológica y justicia social y participación
democrática y transparencia-. Posteriormente la empresa audita su balance.
¿Qué papel juegan
empresas, estado y sociedad en el camino hacia la economía del bien común?
La Economía del Bien
Común parte de una visión holística donde cada uno de los agentes que mueven la
economía pueden ejercer su papel a la hora de tomar decisiones para impulsar
los valores del bien común -las entidades financieras, las administraciones
públicas, las propias empresas en relación a su cadena de abastecimiento y
también la sociedad y la ciudadanía a la hora de consumir. El BBC es la
herramienta de referencia para medir la contribución al bien común, a la vez
que contribuye a difundir los valores éticos y a legitimar el rol de cada uno
ante la sociedad.
¿Cuáles cree que son
los retos de la economía del bien común?
Los retos principales
que tiene planteados la EBC están relacionados con el fomento de la
sensibilización de los diferentes agentes mencionados al aplicar los valores
éticos en la toma de decisiones, tomando como referencia una herramienta común
para todos como es el Balance del Bien Común. Las personas a la hora de
consumir, las empresas aplicando la EBC en sus sistemas de gestión, las
entidades financieras enfocando sus incentivos a quien más aporta al bien común
( y no al contrario), los medios de comunicación difundiendo “relatos” con
ética y las administraciones públicas incorporando los criterios éticos en la
compra pública y definiendo políticas fiscales incentivadores del bien común.
¿Es posible alcanzar
en la práctica un funcionamiento empresarial y financiero basado en criterios
de Bien Común? Si es así, ¿cómo hacerlo?
Realizar un cambio y
transformar el funcionamiento del sistema económico ya no es una utopía, sino
que se ha convertido en una necesidad, si queremos garantizar para las
generaciones futuras un espacio donde poder desarrollarse como personas y donde
poder vivir y convivir en paz. La Economía del Bien Común plantea una serie de
propuestas que resultan difíciles de negar desde una perspectiva ética y de
transformación social y económica.
Y estas propuestas se
dirigen tanto a todos nosotros como ciudadanos, desarrollando nuestra
responsabilidad y aplicando los valores éticos fundamentales en nuestras
relaciones cotidianas, como a las propias empresas para que se orienten al bien
común y realicen el BBC, como a los estados y el sistema económico global para
que sustituyan el PIB por indicadores que reflejen de verdad el bienestar de la
sociedad como puede ser el índice de felicidad. Todo ello es razonable y
también es realista y posible.
¿Cómo se presenta 2018
para la Asociación? ¿En qué proyectos o retos trabajarán este año?
La misión de la
asociación es fomentar en Cataluña el conocimiento, la sensibilización y la
implantación de los valores de la Economía del Bien Común como herramienta de
transformación económica y social.
Para ello,
continuaremos trabajando en los diferentes ejes en los que lo venimos haciendo
hasta ahora: realizando acciones de difusión con jornadas y seminarios en
diferentes ámbitos, con un especial énfasis en el ámbito de la educación,
acompañando a empresas y organizaciones a realizarse el BBC, generando
sinergias con otros movimientos con los que compartimos valores, estrechando
lazos con los medios de comunicación para difundir los valores de la EBC o
llegando a acuerdos con el mundo académico para fortalecer los fundamentos
teóricos de la EBC.
Y especialmente, este
2018 estamos poniendo en marcha un proyecto para continuar trabajando en el
Distrito de Horta-Guinardó de Barcelona, en este caso con las empresas,
entidades y organizaciones sociales para conseguir el reconocimiento del
Distrito como territorio del bien común.