Una revolución de datos para el desarrollo
Los móviles y otras tecnologías proporcionarán información para que los Gobiernos y las empresas ofrezcan mejores servicios y los Objetivos de Desarrollo Sostenible sean más fáciles de alcanzar
La revolución de los datos está transformando rápidamente cada parte
de la sociedad. Las elecciones se gestionan con biométrica, los
pronósticos se monitorean con imágenes vía satélite, la banca migró de
las sucursales bancarias a los teléfonos inteligentes y los rayos X
médicos se examinan en casi todo el mundo. Con un poco de inversión y
previsión, que se detalla en un nuevo informe, preparado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas
(SDSN por su sigla en inglés), sobre Datos para el Desarrollo, esta
revolución puede impulsar una revolución y acelerar el progreso para
poner fin a la pobreza, promover la inclusión social y proteger el medio
ambiente.
Los gobiernos del mundo adoptarán los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
en una cumbre especial de las Naciones Unidas el 25 de septiembre. La
ocasión probablemente sea la mayor reunión de líderes mundiales en la
historia. Unos 170 jefes de Estado y de Gobierno adoptarán objetivos
compartidos que guiarán los esfuerzos de desarrollo globales hasta 2030.
Por supuesto, los objetivos son más fáciles de adoptar que de alcanzar.
De manera que nos harán falta nuevas herramientas, entre ellas nuevos
sistemas de datos, para convertir los ODS en una realidad. Al
desarrollar estos nuevos sistemas de datos, los gobiernos, las empresas y
los grupos de la sociedad civil deberían promover cuatro objetivos
diferentes.
El primero, y el más importante, son los datos para el suministro de
servicios. La revolución de los datos les da a los gobiernos y a las
empresas maneras nuevas y sumamente mejoradas de proveer servicios,
combatir la corrupción, recortar la burocracia y garantizar el acceso en
lugares anteriormente aislados. La tecnología de la información ya está
revolucionando el suministro de atención médica, educación,
gobernancia, infraestructura (por ejemplo, electricidad prepago),
servicios bancarios, respuesta de emergencia y mucho más.
El segundo objetivo son los datos para la gestión pública. Los
funcionarios hoy pueden mantener paneles en tiempo real que les informan
sobre el estado de las instalaciones de gobierno, las redes de
transporte, las operaciones de rescate de emergencia, la vigilancia de
la salud pública, los delitos violentos y mucho más. Los comentarios de
los ciudadanos también puede mejorar el funcionamiento, por ejemplo si
se procesa la información del tránsito que envían los conductores. Los
sistemas de información geográfica (SIG) permiten un monitoreo en tiempo
real de todos los gobiernos y distritos locales en regiones muy
alejadas.
El tercer objetivo son los datos que apuntan a la responsabilidad de
los gobiernos y las empresas. Es una obviedad que las burocracias
gubernamentales cortan presupuestos, ocultan brechas en el suministro de
servicios, exageran el desempeño o, en el peor de los casos,
simplemente roban cuando pueden hacerlo. Muchas empresas no son mucho
mejores. La revolución de los datos puede ayudar a asegurar que el
público general y los destinatarios previstos de los servicios públicos y
privados tengan acceso a información verificable. Cuando los servicios
no llegan a tiempo (digamos, por ejemplo, un cuello de botella en la
construcción, o corrupción en la cadena de suministro), el sistema de
datos le permitirá a la población detectar problemas y hacer
responsables a los gobiernos y las empresas.
Finalmente, la revolución de los datos debería permitirle a la
población saber si un objetivo global en realidad se alcanzó o no. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio,
que se fijaron en el año 2000, establecieron metas cuantitativas para
el año 2015. Pero, si bien ahora estamos en el año final de los ODM,
todavía no sabemos a ciencia cierta si algunos de ellos se alcanzaron o
no, debido a la falta de datos oportunos y de alta calidad. Algunos de
los ODM más importantes, según se informa, sufren un retraso de varios
años. El Banco Mundial, por ejemplo, no ha publicado datos detallados sobre la pobreza desde 2010.
La revolución de los datos puede terminar con los retrasos
prolongados y mejorar drásticamente la calidad de la información. Por
ejemplo, en lugar de depender de encuestas de hogares cada equis
cantidad de años para calcular la tasa de mortalidad, los sistemas de
registro civil y estadísticas vitales pueden recoger estadística sobre
las muertes en tiempo real, con el beneficio adicional de brindar
información sobre la causa del fallecimiento.
La revolución de los datos debería permitirle a la población saber si un objetivo global en realidad se alcanzó
De la misma manera, se podrían recoger datos sobre la pobreza a un
costo relativamente bajo y con una frecuencia mucho más alta que hoy,
utilizando teléfonos inteligentes en reemplazo de las encuestas basadas
en papel. Algunos analistas sugirieron que el uso de teléfonos móviles
podría reducir el costo de los sondeos en un 60% en algunos países del
este de África en un período de diez años. Empresas privadas, como Gallup International,
podrían trabajar junto con las oficinas de estadísticas más
tradicionales del sector público para acelerar la recopilación de datos.
La revolución de los datos ofrece una oportunidad significativa para
la provisión, gestión y validación de los servicios, y la
responsabilidad frente a ellos, gracias a un denso ecosistema de
tecnologías que recogen información de múltiples maneras: detección
remota e imágenes satelitales, datos biométricos, rastreo por SIG, datos
basados en instalaciones, encuestas de hogares, medios sociales,
colaboración abierta y otros canales.
Para respaldar los ODS, esos datos deberían estar a disposición de la
población para todos los países con una frecuencia elevada —por lo
menos en el lapso de un año para los objetivos esenciales, y en tiempo
real en sectores donde el suministro de servicios es vital (salud,
educación y cosas por el estilo)—. Las empresas privadas, incluidas las
compañías de telecomunicaciones, de marketing social, los diseñadores de
sistemas, las firmas encuestadoras y otros proveedores de información,
deberían estar integrados en el ecosistema de datos.
Para preparar el nuevo informe, la SDSN trabajó en conjunto con
varias agencias asociadas para preparar una "evaluación de necesidades"
sobre cómo lanzar la revolución de los datos para los ODS. El informe
ofrece un plan de acción que se basa en asociaciones entre sistemas
estadísticos nacionales y firmas de información privadas y otros
proveedores de datos no gubernamentales. Como destaca el informe, los
países de bajos ingresos y de ingresos medios-bajos necesitarán ayuda
financiera para crear estos nuevos sistemas de datos.
Si bien las estimaciones de costos son necesariamente provisorias,
especialmente en esta era de cambio tecnológico disruptivo, el nuevo
estudio sugiere que los sistemas de datos apropiados para los ODS
requerirán por lo menos 1.000 millones de dólares por año para cubrir
los 77 países de ingresos más bajos. De esa suma, aproximadamente la
mitad debería financiarse a través de asistencia oficial para el
desarrollo, lo cual implica un incremento de por lo menos 200 millones
de dólares por año por sobre los flujos actuales de donaciones.
Ahora es el momento para un mayor compromiso de financiamiento de
este tipo. En julio, el mundo se reunirá en Addis Ababa para la Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo,
y unas pocas semanas después, en la sede central de las Naciones Unidas
para adoptar los ODS a fines de septiembre. Con una acción rápida antes
de estas dos cumbres, el mundo estará listo para lanzar los ODS con los
sistemas de datos que necesitan para resultar exitosos.
Jeffrey D. Sachs es profesor de Desarrollo
Sostenible, de Políticas y Gestión de Salud y director del Earth
Institute en la Universidad de Columbia. También es asesor especial del
secretario general de las Naciones Unidas sobre los Objetivos de
Desarrollo del Milenio.
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https://elpais.com/elpais/2015/05/12/planeta_futuro/1431443742_460851.html?rel=mas&fbclid=IwAR0VP8aHGoefD0HgpLjJsHoNERHTHGAfW9p81E8yR97Sd-cdWQiiUZ1jTcM
Hans Rosling
https://elpais.com/elpais/2018/02/19/planeta_futuro/1519066917_838872.html
https://www.ted.com/talks/hans_rosling_shows_the_best_stats_you_ve_ever_seen?language=es
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Una revolución de datos para el desarrollo -Jeffrey Sachs-14 MAY 2015
- https://elpais.com/elpais/2015/05/12/planeta_futuro/1431443742_460851.html?rel=mas
- https://elpais.com/elpais/2015/04/10/ciencia/1428628521_262766.html
- https://elpais.com/elpais/2018/02/19/planeta_futuro/1519066917_838872.html
- https://elpais.com/elpais/2017/08/23/planeta_futuro/1503496406_395592.html
- https://blogs.elpais.com/periodismo-con-futuro/2011/05/hansrosling.html
Globalizacion y desigualdad
Joanna Wolszczak-Derlacz
Bourguignon points
to the example of France, which has avoided the marked upward trend in
inequality seen elsewhere since the 1980s.France is not aloneamong the
OECD countries; depending on the time period(and that can matters a
lot), one also finds falling inequality in (for example) Belgium, Greece, Hungary and Spain
But anyidea of a common global force of economic integration driving up inequality everywhere can be readily dismissed. Inequality appears to fall in some countries when they are opened to trade and increases in others. And there are clearly many other forces in play.There is more to the story.
When inequality gets veryhigh,there is pressureongovernments to take actions to lower it, but not when it is low.Thus, to Milanovic’s eyes,we see waves in which inequality rises then falls.By implication, the present period of rising inequality in manyrich countries will come to an endat some time.Milanovic points to factors that may push the wave to break, though one does not get the impression he thinks it will happen anytime soon.
Growing industrial interdependence across countries due to the offshoring of production appearsto have come at a cost to workers in Europe and the U.S., especially thosewho perform more routine tasks, whotend to be lesswell educated. However, here too, the effects that have been identified empirically appear to be quite modest (Parteka and Wolszczak-Derlacz, 2016)
¿El aumento de la desigualdad esta provocado por la globalización?
But anyidea of a common global force of economic integration driving up inequality everywhere can be readily dismissed. Inequality appears to fall in some countries when they are opened to trade and increases in others. And there are clearly many other forces in play.There is more to the story.
When inequality gets veryhigh,there is pressureongovernments to take actions to lower it, but not when it is low.Thus, to Milanovic’s eyes,we see waves in which inequality rises then falls.By implication, the present period of rising inequality in manyrich countries will come to an endat some time.Milanovic points to factors that may push the wave to break, though one does not get the impression he thinks it will happen anytime soon.
Growing industrial interdependence across countries due to the offshoring of production appearsto have come at a cost to workers in Europe and the U.S., especially thosewho perform more routine tasks, whotend to be lesswell educated. However, here too, the effects that have been identified empirically appear to be quite modest (Parteka and Wolszczak-Derlacz, 2016)
¿El aumento de la desigualdad esta provocado por la globalización?
Inequality and Globalization: A Review Essay
Martin Ravallion
Martin Ravallion
Figure 3: Lorenz curves for global income 1988 and 2008
https://www.researchgate.net/profile/Joanna_Wolszczak-Derlacz
https://ideas.repec.org/e/pwo115.html
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https://examplewordpresscom61323.files.wordpress.com/2017/04/review-
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https://www.un.org/sustainabledevelopment/sustainable-development-goals/
http://www.ecineq.org/milano/WP/ECINEQ2017-435.pdf
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