dilluns, 13 d’abril del 2020

No hay dos sin tres (II)

 No hay dos sin tres (II)

 Carlos Barrabes
El sistema de riesgos global está organizando para controlar lo normal pero no lo extraordinario.
Atempera las opiniones porque prefiere que ocurra lo normal y crea un modelo de tolerancia ajustada a la experiencia, así que cuanto más lejos estamos de algo que grave que ha ocurrido menos posibilidades tenemos de que nos demos cuenta de que vaya a ocurrir y lo más lejos que se puede estar es que no haya ocurrido nunca.
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Nadie quiere sobresaltos. así que un grupo de gente moderada trabajando normalmente en situaciones moderadas que generan decisiones no extraordinarias nos manejan, son los gestores de riesgos globales y son gente con sentido de la proporción, gente normal, los hay en la administración, los hay en el sector privado, en la sociedad civil, en la ciencia, los hay con más responsabilidad como los espías o observadores, y a todos nos parece bien que nos manden y sobretodo nos parece bien que no nos dirija la otra opción, ni más ni menos que un grupo de paranoicos que apalancados en la sombra vean fantasmas en cada asteroide, en cada virus, en cada movimiento de la luna, tenerlos ahí supondría muchísimas falsas alarmas y sería un sinvivir.
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En realidad el sistema de riesgos globales está obsoleto, se basa en la experiencia y eso hoy en día al ritmo exponencial que viaja el mundo es garantía de error grave, la nuevas armas de protección masiva deben basarse en la inteligencia, en la previsión, en el tiempo real, en los datos. pero si estas herramientas las manejan grupos atemperados de personas cuya principal fuerza es la proporcionalidad entonces tenemos ese equilibrio humano máquina que tanto vemos en el dia a dia en el que los datos dicen una cosa pero toda la organización hace la contraria y nadie sabe porqué.
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Está claro que cualquier agencia de inteligencia del mundo, cualquier servicio de salud, cualquier multinacional sanitaria, cualquier observador de riesgos, cualquiera que leyera las noticias, sabía que venía el coco, pero nadie dio la orden en ningún sitio a tiempo.
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Evidentemente siempre que miramos atrás encontramos gente que avisó, pero era imposible que le hicieran caso porque el sistema no admite lo que todo el mundo sabe, ya pasó en la última crisis y volverá a pasar una y mil veces mientras dejemos a humanos valorar los datos irrefutables, todo el mundo sabrá que viene el coco, pero nadie hará nada, porque es un comportamiento humano que vemos a diario en nuestras casas.
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Gestionar la excepcionalidad en largos periodos de estabilidad se convierte en un trabajo imposible, todo el mundo sabe que viene el Coco, el calentamiento global, la desigualdad, la ciberseguridad, la Biociencia etc.. pero aquí estamos calentandonos, atemperando los gritos desesperados de los científicos, dando argumentos a los países en desarrollo y entendiendo que abran centrales de carbón, poniendo el fracking al máximo, poniendo límites encubierto a las energías limpias, negando la nuclear,limitando la innovación, buscando maneras de que la crisis climática se haga inevitable, y eso que todo el mundo lo sabe.
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Cuando nos inundemos diremos: es la crisis más grave desde la pandemia, se están produciendo cambios estructurales, es un nuevo mundo. Nos ha jodido.

Carlos Barrabes
  • https://www.ecoportal.net/paises/cumbre-climatica-de-la-onu-aplazada-hasta-2021/?fbclid=IwAR0e1NuCt9tiitlxx-YYwfTKIhm1TKft4iHv1QJLLwEURL1C9gpDNx__0Xc&cn-reloaded=1




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