Balances y expectativas de los
ODS para la acción empresarial
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible se han presentado como una oportunidad única, tanto para responder mejor a las cambiantes expectativas y aspiraciones de las sociedades en las que vivimos, como para desarrollar estrategias y modelos de negocio innovadores y adaptados a un mundo en profunda transformación.
Tras cerca de dos años tras su aprobación, son ya varios los estudios que exploran su grado de avance, desde el Ranking anual de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de Jeffrey Sachs, donde se analizan los progresos por países, hasta encuestas como la de GlobeScan/Sustainability, orientada a la opinión de los profesionales sobre las barreras para el avance en los ODS o desde un enfoque más práctico, los diversos catálogos de buenas prácticas de alianzas para su consecución. En este artículo queremos acercarnos a las posibilidades realistas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para la acción empresarial.
Pero ¿Por qué surgen? ¿Qué novedades aportan? ¿Cuál es el papel de las empresas? ¿Qué se necesita para avanzar?
El 27 de septiembre de 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS que pretende ser una guia voluntaria de 17 objetivos con 169 metas, para la acción coordinada de gobiernos, empresas y sociedad civil para lograr mejoras en el desarrollo sostenible de todos los países, desarrollados y en vías de desarrollo.
El recorrido desde los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2000-2015) hasta los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, viene marcado por un cambio radical en las premisas del desarrollo y en la agenda del desarrollo:
- de un mundo en el que el motor del desarrollo era el crecimiento económico a uno en el que el desarrollo está condicionado por la sostenibilidad
- de un mundo de divisiones Norte-Sur a un mundo más heterogéneo, a nivel político, social y de riqueza y desigualdad
- de un mundo con mayor activismo social, a través de una ciudadanía crecientemente organizada, mayoritariamente concentrada en zonas Rurales y que desea participar y tener mayor acceso a las decisiones públicas.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio fueron el fruto de un trabajo de arriba abajo, y aunque tuvieron éxito combatiendo la pobreza extrema y sirvieron para coordinar los esfuerzos de la sociedad internacional en torno a unos objetivos de desarrollo únicos, tenían dos importantes carencias: muchos temas no fueron abordados y además el proceso de desarrollo fue asimétrico, sin participación social.
Los ODS, en un contexto radicalmente distinto, pretendieron paliar estas carencias, mediante un proceso participativo, con multiples grupos de trabajo, que se materializó en un catálogo de 17 objetivos con nada menos que 169 metas.
Esta metodología de trabajo ha condicionado el listado de los objetivos y metas y va a ser determinante para la metodología de trabajo posterior.
- En primer lugar el coste
Como puso de manifiesto Tony Vives en esta misma tribuna, citando un artículo de The Economist del 28 de marzo de (The 169 commandments: The proposed sustainable development goals would be worse than useless) son “imposiblemente caros. Se requiere dedicar entre US$2 y US$3 millones de millones al año sobre 15 años, que representan el 4% del PIB, cuando ahora la promesa de los países desarrollados para contribuir al desarrollo es del 0,7% de su PIB y que en la realidad no llega al 0.25%.”
El periódico Financial Times en un artículo del 23 de septiembre del 2015 (Poverty: Vulnerable to change) dice:
“Los números son apabullantes. Para eliminar la pobreza extrema” el mundo necesita ayudar a 7.500 personas a subir la escalera económica cada hora durante los próximos 15 años, de acuerdo a un cálculo. O puesto de otra manera 181.729 personas diarias.”
Sólo para crear capacidades estadísiticas, según Naciones Unidas, se precisa 1 billón de dólares anuales para que 77 países con rentas más bajas se pongan al nivel de sistemas estadísticos para medir los ODS. Los donantes deben mantener sus actuales contribuciones estadísiticas, de aproximadamente 300 millones de dólares al año, e incluso llegar a 100-200 millones de dólares más en Asistencia Oficial al Desarrollo para apoyar estos esfuerzos de otros países.
- En el lenguaje, y la definición de los objetivos
Como magistralmente puso de manifesto Tony Vives, el lenguaje empleado compromete seriamente el cumplimiento de estos objetivos y puede crear unas falsas expectativas sobre los ODS.
El proceso inclusivo y de consenso que marcó los ODS, ha dado como resultado un catálogo amplio pero poco realista.
Un estudio del Overseas Development Institute,demuestra que solamente tres de los 17 ODS se encontrarían en vías de alcanzarse haciendo las cosas como hasta ahora, otros nueve no serían alcanzables si la comunidad internacional no realiza un esfuerzo de transferencia de recursos y cinco que ni siquiera los países desarrollados están cerca o en la buena dirección para lograr un desarrollo sostenible y mínimamente inclusivo.
El lenguaje condiciona el cumplimiento como puede verse en este gráfico:
Pero ofrece la alternativa siempre interesante de la flexibilidad, de margen para la actuación. Y esto en un contexto de multiples actores, es necesario y puede verse como una oportunidad.
Junto a las anteriores críticas, siguen faltando indicadores de medición y datos estadísticos.
¿Cúal es en este contexto el papel del sector privado? ¿Por qué son necesarias las empresas en el logro de los ODS?
Existe una relación directa entre los ODS y el ámbito empresarial.
-El logro de los ODS depende de la implicación del sector privado por la necesidad de escala,
-por la necesidad de cambios en el modelo de producción y de consumo,
-y por la necesidad de innovación,
y para ello es imprescindible las alianzas con otros actores.
¿Existen incentivos para las empresas?
Pero, además, el futuro de las empresas también depende de los ODS. Si se reduce la desigualdad (ODS 10), los conflictos (ODS 16), se lucha contra la corrupción (ODS 8) y se frena el desarrollo ambiental (ODS 15), se creará un contexto más favorable para los negocios.
El alineamiento y anticipación a los cambios -grandes flujos financieros, futuras políticas públicas o necesidades sociales emergentes-, la innovación y las nuevas formas de hacer negocios, (y por este orden) y el compromiso interno y la reputación -de cara a cumplir con las expectativas de los grupos de interés internos y externos- son oportunidades para las empresas que sirven como incentivos para afrontar la transformación hacia la sostenibilidad.
Junto a ello, las tan publicitadas oportunidades económicas. Comisión de Comercio y Desarrollo Sustentable presentó en Davos el Informe “Mejores Negocios. Un mundo mejor” donde destaca que los Objetivos de Desarrollo Sostenible pueden generar USD 12 billones en oportunidades de mercado en cuatro sistemas económicos (alimentos y agricultura, ciudades, energía y materiales, y salud y bienestar) que representan el 60% de la economía real. Además, una oportunidad única de generar aproximadamente 380 millones de empleos nuevos.
Así, son ya numerosos los estudios que han abordado el “argumento empresarial de los ODS” y las oportunidades de Mercado relacionadas con el logro de los Objetivos Globales.
Pero lo que más nos interesa mencionar aquí son las estrategias para idear iniciativas empresariales en el logro de los ODS.
- En primer lugar, entender las oportunidades de mercado de los ODS para cada sector empresarial.
- Colaborar con pares del sector. Los llaneros solitaries no bastan para liderar los cambios que exigen los ODS. Todo el sector debe movilizarse.
De ahí que la lógica de la economía colaborativa en el sentido del bien común se esté imponiendo a la lógica del capital, y de la competencia como Sistema de funcionamiento de los sistemas socieconomicos.La coopeación a largo plazo es la base de la creación de sistemas más complejos, diversos y resilientes, sistemas en definitive, con mayor probabilidd de éxito.
Lo que le está faltando a los ODS es la creación de las condiciones para favorecer los comportamientos y los valores que favorezcan las alianzas: LA GOBERNANZA.
- Trabajar con los encargados de formular políticas para pagar el verdadero costo de los recursos naturales y humanos. Y el esfuerzo en la recopilaicón de datos debe pasar por ahí. La competencia sostenible depende de que todos los competidores estipulen precios que reflejen el costo verdadero de la forma en que llevan a cabo operaciones, internalizando las externalidades, para expresarlo en términos técnicos. Ya sea en el establecimiento del verdadero precio del carbono, como en otros recursos medioambientales, como el agua.
Los líderes empresariales deben trabajar abiertamente con los organismos reguladores, las empresas y la sociedad civil, para dar forma a las políticas fiscales y normativas que creen un campo de juego igualitario de conformidad con los Objetivos Globales.
Del mismo modo, cuando las empresas comiencen a pagar precios que reflejen las externalidades sociales y ambientales, su desempeño financiero será la principal señal de que los inversores deben comprender el rendimiento relativo de las empresas respecto de los Objetivos Globales.
5. Avanzar en sistemas de medición. ¿Cómo medir los avances de los ODS?
Mientras el Comité Estadístico de Naciones Unidas perfila los indicadores oficiales y definitivos que medirán el cumplimiento de los ODS, es importante que los países comiencen ya la puesta en marcha de la agenda contando con datos relevantes, tarea que algunos países ya han comenzado.
También es importante que estos datos estén accesibles y sean comprensibles, no solo para los expertos sino también para los funcionarios gubernamentales, las empresas y la sociedad civil. Por ello, iniciativas como la SDSN y REDS están trabajando ya en herramientas para ayudar a orientar las políticas nacionales y las estrategias a largo plazo que lleven a un desarrollo sostenible.
6.La Alineación con las agendas de desarrollo nacionales. El objetivo primordial de los ODS es contribuir al desarrollo y esta dimension ha de planear de forma prioritaria sobre las estrategias conjuntas de empresas, comunidades locales y autoridades. El conocimiento de los objetivos de desarrollo nacionales ha de orientar a las empresas en la toma de decisiones y la priorización de acciones en materia de ODS.
7.El Intercambio de buenas prácticas. Cada vez están surgiendo más plataformas de intercambio de buenas prácticas, tanto a nivel de iniciativas de éxito como de fracasos.
Los ODS como señaló Ban-Ki-Moon en su informe de síntesis para la preparación de los ODS – son la antesala de una gran transformación. Y como tal desafío han de ser vividos por las empresas.
La confianza en los negocios se ha erosionado de tal forma desde la crisis financiera global que el tejido social se está desgastando. Muchos consideran que las empresas faltan a su palabra con respecto al contrato social. Los líderes empresariales pueden contribuir a ganarse la confianza de la sociedad y garantizar su licencia para operar, trabajando con los gobiernos, los consumidores, los trabajadores y la sociedad civil, a fin de lograr el espectro completo de Objetivos Globales y adoptar un activismo responsable y de política abierta, transparente y sostenible. Porque el futuro de los negocios es sostenible o no será.
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