¿Cómo interpretar LA definición de la RSE?
Desde tiempo inmemorial se han propuesto
innumerables definiciones para la responsabilidad social de la empresa, RSE.
Cada quién parece tener la suya. En gran
parte la búsqueda de la definición universal está estimulada por las múltiples
interpretaciones que se pueden dar a los términos de “responsabilidad” y “social”,
en buena parte por individualismo, en la búsqueda de la definición que dé
reconocimiento al autor, y en buena parte porque es un concepto en evolución. Este artículo pretende demostrar que la definición más sencilla dada hasta ahora
es la más completa y es la guía para la estrategia de RSE de la empresa. Pero hay que saberla interpretar.
No vale la pena reproducir las muchas
definiciones. Hasta la reciente ISO
26000 aventuró una extensa definición que no ayudó a aclarar las cosas. ¡Qué
fuerte debe haber sido la presión de los participantes en el proceso para
inventar una! El criterio que debemos
usar para evaluar una definición es el poder de convertirse en acción y, en
nuestro caso, su capacidad de ser convertida en estrategia de la empresa.
Creo que la Unión Europea en el 2011 dió la
definición que debería ser la definitiva, o por lo menos la que debería usarse
de ahora en adelante, por su simpleza y su riqueza: “Responsabilidad de las empresas
por sus impactos en la sociedad”, en forma pasiva, que traducida a
forma activa, “implementable”, se puede leer como “Gestión de los impactos de la empresa ante la sociedad”, entendiendo que la palabra “sociedad”
también incluye el entorno en que ella existe: el medio ambiente.
Me propongo analizar qué quieren decir cada
uno de los tres términos claves: gestión, impactos y sociedad, y demostrar que,
bien entendidos, la definición es de aplicación universal y puede servir para guiar
la estrategia de RSE de cualquier empresa.
Gestión. Gestión en el más amplio sentido de la
palabra, que incluye conceptos como eliminación,
reducción, mitigación de impactos negativos y mejora, potenciación y extensión
de los positivos. Así no hace falta tener que explicar que la empresa, como
parte de su gestión, puede y debe disminuir sus impactos negativos pero también
puede querer contribuir al desarrollo económico, puede querer apoyar al
desarrollo local, institucional, mejorar condiciones de trabajo, entre
otros. Será su manera de gestionar los
impactos, tangibles o intangibles, pasados, presentes o futuros. Puede hasta
crear valor compartido y compartir el valor creado, si ello forma parte de sus
impactos en la sociedad. La palabra gestión es incluyente.
Impactos. Toda actividad tiene impactos, que pueden ser
positivos y negativos y pueden ser actuales o potenciales, presentes o futuros. Pero para efectos de implementar su gestión la empresa debe determinar cuáles son los
impactos que tiene que considera relevantes y cuáles quiere tener. Tradicionalmente se ha interpretado que lo
que se gestiona son los impactos que tiene, pero la definición también puede/debe incluir los que quiera tener, lo
cual daría cabida a considerar el papel que la empresa quiere jugar en la
sociedad, con una visión de más largo plazo.
La nueva versión del GRI G4 incluye como
punto central un proceso de determinación de los impactos que tiene (aunque no los que quiere tener) y de
las partes afectadas. Como muy bien lo
reconoce el GRI G4, no es práctico tomar responsabilidad por todos los impactos
posibles, actuales y potenciales. ¿Hasta donde llegan las responsabilidades de
las empresas? Hay que determinar los que son relevantes en el contexto en que
opera la empresa.
Y este aspecto es de importancia crítica para
todas las empresas pero más aún para las PyMEs, a las que les suelen vender una
visión muy amplia de sus impactos, incompatibles con su limitada capacidad
gerencial y financiera de gestionar las acciones de eliminación, reducción,
mitigación de impactos negativos y mejora, potenciación y extensión de los
positivos.
Pero
¿y si a la sociedad no le parece bien la definición de la empresa de
gestión, o como la ejerce, o como determina sus impactos? ¡Que
actúe! La sociedad también tiene
responsabilidad. No puede desentenderse.
Sociedad. De la misma manera la empresa debe decidir quién es la “sociedad” para ella.
En principio “sociedad (y medio ambiente)” es
un concepto ilimitado, y como tal no es un concepto práctico. La
empresa debe acotarlo y decidir las partes que considera como afectadas,
positiva o negativamente, real y potencialmente. Para
una PyME la “sociedad” puede limitarse a sus empleados y la comunidad
que la
rodea y gestionará solo aquellos impactos que tengn relevancia para su
estrategia (a lo mejor así dejaremos de
venderles la idea de que deben hacer de todo, como sugieren las
herramientas de
auto diagnóstico y pedirles que preparen informes de sostenibilidad, que
a “su sociedad”
no le interesan) Una multinacional
tendrá una definición mucho más amplia y podría extenderla hasta el
planeta.
¿Y si a la sociedad no le parece bien su
definición de sociedad? ¡Que actúe!
La sociedad también tiene responsabilidad. No
puede desentenderse.
En resumen, la
empresa define quién es la sociedad para ella (que no es toda), como la impacta
y como quisiera impactarla (que no es de todo), en consulta, si quiere (aunque debería)
con esa sociedad, y como quiere y puede gestionar estos impactos (en función de
su capacidad).
He allí la base para determinar la estrategia
de la empresa. Y esto basado en la más
sencilla de las definiciones de RSE, la de la Comisión Europea. Y podemos dejar de hablar de “voluntariedad”
y de “ir más allá de la ley”……………………….. ¡por favor!
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