La Economía del Bien Común aplicada a eventos mas sostenibles ¿por dónde empezar?
Como bien señalábamos en el artículo
anteriormente señalado, basta con tomar los requisitos recogidos en la Matriz
del Bien Común y analizar de qué manera se van a abordar dentro del
desarrollo del evento. Por tanto no se trata sólo de valorar una vez se haya
realizado que nivel de desempeño, medido a través de la puntuación, se ha
obtenido, sino de planificar todo el evento de acuerdo a unos criterios que se
quieren cumplir.
Hay un detalle importante, algo que se ha
señalado en mucho de los modelos ya analizados ha sido precisamente el enfoque
parcial que realizan sobre la sostenibilidad, muy centrado en
criterios ambientales. En la Economía del Bien Común es
sencillo tomar un enfoque mucho más amplio, basta con asumir como compromisos
los requisitos de las columnas Dignidad Humana, Solidaridad, Justicia
Social y Participación Democrática y Transparencia, y no sólo los de Sostenibilidad
Ecológica para tener un enfoque mucho más amplio sobre la
sostenibilidad del evento.
Y como sabemos, en ellos se incluye tanto el
comportamiento de la propia organización, en este caso la vinculada al
desarrollo del evento, como la gestión ética de los suministros y las finanzas,
es decir, que abarca su radio de influencia a otros agentes que de manera
secundaria, podrían influir sobre la sostenibilidad del evento.
La Economía del Bien Común aplicada a eventos mas sostenibles: Cuestiones importantes
Y es que si de por sí todos los criterios
hay que tomarlos en su contexto, y es que están pensados para una empresa «al
uso» que fabrica productos, hay un criterio que llama la atención por ser
de los que tienen un valor negativo, el de la Obsolescencia Programada
o vida del producto corta. Está claro que en el caso de empresas u
organizaciones de servicios ya este criterio puede no acabar de encajar, pero
es que en un evento de ninguna manera lo hace, pensemos que se trata de un
conjunto de actividades efímeras que por tanto tienen una obsolescencia más que
programada.
De la misma manera, hay que señalar que la propia
filosofía de la Economía del Bien Común busca, más que
distinguir a través de un distintivo o certificado, incentivar a las empresas y
organizaciones a desarrollar unos procedimientos de gestión encaminados a la sostenibilidad.
Y dentro del proceso de supervisión de este comportamiento entra en juego el
entorno a través de otras organizaciones igualmente implicadas que son las que
realizan el proceso de valoración y otorgan las puntuaciones, por tanto, como
tal, en la Economía del Bien Común no hay un distintivo
o certificado, aunque sin embargo si que se logra una mayor vinculación del evento
sostenible con su entorno y los grupos de interés, algo que aparece
como requisito en la norma ISO 20121 y que aquí forma
parte de la propia filosofía del modelo de la Economía del Bien Común,
no se entendería de otra manera.
La Economía del Bien Común aplicada a eventos sostenibles: ¿Una utopía?
Pues a priori puede parecerlo, pero en la
práctica es imposible saber si algún día llegará a existir un evento
sostenible en el que la referencia tomada a la hora de desarrollar y
evaluar la sostenibilidad del mismo hayan sido
los requisitos de la Matriz del Bien Común.
En teoría es perfectamente aplicable, ya sea a
una empresa organizadora de eventos, ya sea a un evento periódico. Los
criterios están más que claros, tienen un valor asignado claramente definido y
permiten ir aumentando el nivel de desempeño, desde el de Principiante
hasta el de Ejemplar, por tanto permite ir mejorando el
cumplimiento de manera continua en el tiempo.
Pero la realidad es que si ya es difícil, aunque
cada vez menos, encontrar empresas y organizaciones que hayan desarrollado este
modelo de la Economía
del Bien Común como referencia estratégica, la industria de los eventos no
es una excepción, por tanto queda aún para que pueda llegar a ser un modelo
aplicado en un evento sostenible.
@tehagoeco
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