La modestia del procomún (o la economía que no aspiraba a serlo)
Jaron Rowan 27/11/2012
Uno de los aspectos más
interesantes que se derivan del renovado interés por el procomún es que
implícitamente se han empezado a cuestionar algunos de los pilares
básicos que sustentaban la economía clásica. Elinor Ostrom,
la única mujer que ha ganado el premio Nobel de economía, basó gran
parte de su trabajo en estudiar a comunidades capaces de explotar un
recurso sin que ninguno de sus miembros lo poseyera en exclusiva. De
esta manera la politóloga ha demostrado que no hace falta instaurar la propiedad privada para que se puedan diseñar entramados económicos viables y sostenibles.
Muchas
de las experiencias de las que se sirvió Ostrom para entender estos
sistemas de gestión colectiva llevan mucho tiempo en funcionamiento y
tienen dilatadas historias, ejemplos de gestión de bosques comunales,
cooperativas de regantes, explotación de arrozales, etc. En todos los
casos nos enseñó que la clave de la superveniencia de la gestión
colectiva reside en la capacidad de estas
comunidades de diseñar modelos de gobernanza adecuados a sus propias
necesidades y a las especificidades del contexto.
Cuando empezamos a investigar con detalle diferentes
casos en los que el procomún y la economía entran en contacto nos damos
cuenta de un factor muy interesante, el procomún no produce "modelos
económicos", es decir, fórmulas replicables que se puedan implementar en
diferentes contextos. Al contrario, nos ofrece formas más o menos
ingeniosas diseñadas por las diferentes comunidades para poder explotar
ciertos recursos de forma sostenible. Así pues, el procomún nos proporciona ejemplos muy situados de gestión, sistemas completamente integrados en contextos sociales específicos que no aspiran a universalizarse sino a ser viables.
El
análisis detallado de las relaciones entre el procomún y los sistemas
económicos diseñados para explotarlo no nos ofrece ninguna gran
narrativa ni modelo a seguir, al contrario, nos empuja a aceptar que la
economía funciona a base de hibridez, de
micro-modelos que buscan dar respuestas a problemas y realidades
localizadas. Posiblemente esta voluntad de no servir de modelo, fue en
contra de los commons históricos cuando a mitad del
siglo XVIII, reformistas como Nathaniel Kent o John Moore lanzaron la
siguiente pregunta al parlamento británico: ¿Qué sirve mejor al bien
común de la nación, que unos cuantos campesinos puedan subsistir de sus
tierras comunales, o que estas sean expropiadas y transformadas en
grandes explotaciones agrícolas? Desafortunadamente ya sabemos quien
ganó ese debate: la acumulación versus la sostenibilidad.
El estudio detallado de la gestión del procomún nos muestra cómo su supervivencia depende de pactos, mecanismos de gobernanza y la habilidad de detectar y respetar las diferentes esferas de valor que emergen del procomún.
De equilibrar los intereses de la comunidad y las necesidades de los
diferentes recursos. Esto no conduce a la explotación más lucrativa de
los recursos, pero si a la más sostenible en el tiempo.
Desde el grupo de trabajo Empresas del Procomún queremos entender qué tipo de economías nacen de la gestión colectiva de recursos.
Nos interesa entender la economía política que surge en torno y que
permite que se expanda el procomún. Por esta razón llevamos un tiempo
estudiando tanto casos específicos como diseñando infraestructuras que
nos permitan investigar y pensar en común. En este momento de crisis
generalizado de las economías de mercado, es necesario empezar a
comprender estas otras realidades que no sólo nos demuestran que otra
economía es posible, sino que viene siéndolo desde hace tiempo. Estas
economías menores que no aspiran a ser hegemónicas sino a garantizar la explotación sostenible de recursos por parte de diferentes comunidades.
Economías en las que el valor monetario no impide la proliferación y
consecución de otros valores igualmente importantes. De esta forma con
nuestro estudio no vamos a poder aportar grandes modelos o soluciones
ideales, pero sí un compendio de ejemplos y características comunes de
las que mucho podemos aprender.
Imagen de Opensourceway (CC BY-SA 2.0)
https://www.eldiario.es/cuaderno-comun/modestia-procomun-economia-aspiraba-serlo_6_72152793.html
http://www.lasindias.org/epubs/la_logica_de_la_abundancia.epub?fbclid=IwAR3dJ6J0QDElLGjeUY7QibWQz9AF7OLkqIJKPkYLC139Q4uaAx4JiMC4BGUhttps://dadun.unav.edu/bitstream/10171/18793/1/La%20pol%C3%ADtica%20y%20el%20bien%20com%C3%BAn.pdf?fbclid=IwAR2s72b80q51AA1fnj5tKSjD92ate8ECuNXhTNgTUEPCF5__uZa9WNajAvE
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