divendres, 15 de desembre del 2017

Expertos destacan la importancia de la economía del bien común

Expertos destacan la importancia de la economía del bien común 

La Universitat Jaume I y la Fundación Novessendes, con la colaboración de la Generalitat Valenciana, han celebrado hoy la jornada «Nueva economía y ODS: hacia un modelo económico con rostro humano». En la inauguración de la misma han participado la vicerrectora de Internacionalización, Cooperación y Multilingüismo, Inmaculada Fortanet; el director de la Fundación Novessendes, Manolo Piquer, y Salvador Aguilella, diputado provincial de Promoción Económica.

Inmaculada Fortanet ha explicado que el modelo económico que centra esta jornada apuesta por unos valores, como por ejemplo la confianza, la igualdad o la cooperación, que todavía no tienen una incidencia directa en la vida de las personas ni se concretan en los modelos económicos, al igual que ocurre con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU que encuentran muchas dificultades para su cumplimiento en el sistema capitalista. «Por eso, esta jornada, que promueve el modelo económico del bien común, no sólo de manera teórica, sino también mediante la presentación de experiencias concretas, es toda una oportunidad para reflexionar y tomar decisiones como docentes, como estudiantes y, sobre todo, como ciudadanas y ciudadanos responsables y comprometidos con la humanidad y el planeta» ha afirmado.

Por su parte, Manolo Piquer ha indicado que el objetivo de la fundación que dirige es estimular un cambio en el sistema económico para lograr una mejora comunitaria y ha afirmado que «la economía del bien común es una herramienta fundamental para avanzar en la consecución de los ODS». El representante de Novessendes ha agradecido la gran acogida que ha tenido esta iniciativa en instituciones y empresas de toda la provincia. Para finalizar, Salvador Aguilella ha afirmado que para conseguir este cambio en el modelo económico y social es clave la colaboración de los más jóvenes y también ha instado a las empresas a ser socialmente responsables y a los clientes a apostar por las empresas que tengan en cuenta los criterios sociales, «ya que si la ciudadanía lo demanda, las empresas tendrán que adaptarse».

«Alianzas para el desarrollo sostenible»

Tras la inauguración, Federico Buyolo, director general de Cooperación y Solidaridad de la Generalitat Valenciana y Paco Álvarez, director general de Economía, Emprendimiento y Cooperativismo, han ofrecido una conferencia bajo el título «Alianzas para el desarrollo sostenible».
Federico Buyolo ha hecho hincapié en la importancia de cumplir los 17 objetivos de desarrollo sostenible formulados por la ONU, «ya que es lo mínimo que debemos hacer», y ha explicado que somos la primera generación que tiene capacidad para acabar con el hambre en el mundo. «Hay 750 millones de personas que no tienen asegurada su alimentación y hay 1.000 millones de personas con problemas de salud por sobrepeso. No estamos ante un problema de recursos, sino de distribución, y para solucionarlo hay que ir al origen, a las desigualdades que existen entre las diferentes zonas del mundo». El responsable de Cooperación y Solidaridad también ha explicado cómo la Generalitat Valenciana ha creado una red de alianzas inteligentes para conseguir cambiar el modelo económico y cumplir los 17 ODS: «hemos creado alianzas con las universidades, con las ONGD's, entre las consellerias, con el sector privado, con expertos, y con las ciudades, de forma que cada uno de los 16 municipios más grandes de la Comunitat Valenciana –que aglutinan al 50% de nuestra población­– lidera la consecución de uno de los ODS».

Por su parte, Paco Álvarez ha sido tajante al afirmar que en el tema del desarrollo sostenible «ha llegado la hora de pasar a la acción, porque hay demasiada palabrería». El director general ha defendido la necesidad de que cualquier economía sea social, porque está en su origen; ha apostado por dejar de abusar del término sostenibilidad, ya que se está deformando su verdadero sentido, y ha incidido en la importancia de distinguir empresa de negocio, ya que «las empresas son la célula social más importante después de la familia». Paco Álvarez ha criticado que «en la sociedad actual el éxito sólo se mide en parámetros de crecimiento económico lo que es un error porque en un planeta finito el crecimiento no puede ser infinito». Para finalizar ha hecho un llamamiento para fomentar la educación sobre la economía social y la sostenibilidad en todos los ámbitos, «ya que la educación será lo que permitirá cambiar nuestro modelo económico y nuestra sociedad».

La jornada también ha contado con la participación de Christian Felber, promotor del concepto de Economía del Bien Común, quien ha explicado cómo encaja esta propuesta en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y ha compartido el impacto real que ha tenido en diferentes ámbitos el modelo de Economía del Bien Común.

Para finalizar, la jornada ha concluido con la entrega de la mención honorífica a las empresas de economía del bien común: Cartonajes la Plana, Cuinatur-Comedores escolares sostenibles, Espacio Pou de Beca, Voramar y SuperNaranjas.



  • http://www.elperiodic.com/pcastellon/noticias/539387_experts-destaquen-import%C3%A0ncia-leconomia-com%C3%BA.html


dissabte, 9 de desembre del 2017

Escuela IDEO, el primer centro educativo en España que acredita su aportación al Bien Común

 

Escuela IDEO, el primer centro educativo en España que acredita su aportación al Bien Común

El Balance del Bien Común es una herramienta con 17 indicadores y 68 criterios que sirve para acreditar cómo es el desempeño de una organización en base a los principios del Bien Común.

El Balance del Bien Común (BBC) es la herramienta utilizada en la denominada Economía del Bien Común (EBC) para tratar de medir en las empresas, instituciones y municipios los aspectos no financieros que derivan de sus actividades. Consiste en la certificación por parte de las compañías de que cumplen con una serie de criterios éticos que les ayudan a ubicarse en el camino hacia el bien común.
A partir de una iniciativa propia, Escuela IDEO ha optado por someterse a una evaluación exhaustiva que le ha permitido convertirse en el primer centro educativo español que acredita la semilla 2 del Balance del Bien Común.
En general, cuando se decide solicitar el BBC, hay 3 opciones diferentes (lo que se denomina las 3 semillas del BBC). En el primer caso, el BBC se hace de forma interna en la organización o con la ayuda de un consultor. La semilla 2 se realiza a partir de una evaluación, coordinada y guiada por un consultor en el que participan varias empresas que se evalúan mutuamente, se denomina Método Peer. Por último, la tercera semilla conlleva la realización de una auditoría por un tercero homologado. En este caso, la Escuela IDEO ha optado por la semilla 2.

Evaluación notable

Como informa Javier Trinidad, miembro de la Asociación Federal para el Fomento de la Economía del Bien Común, "el año pasado Escuela IDEO se puso en contacto con Asociación Federal Española para el Fomento de la Economía del Bien Común, mostrando su interés por obtener el Balance del Bien Común (BBC)". Tras una autoevaluación, responsables de la EBC pasaron a trabajar el Balance del Bien Común con IDEO por petición voluntaria a inicios de este año 2017.
El Balance del Bien Común BBC es una herramienta con 17 indicadores y 68 criterios que sirve para acreditar cómo es el desempeño de una organización en base a los principios del Bien Común: la dignidad humana, la solidaridad, la justicia social, la sostenibilidad ecológica y la democracia respecto a todos sus públicos (proveedores, financiadores, empleados, propietarios, clientes, otras empresas y la sociedad en general).

El primero en acreditar el BBC

Partiendo de un análisis pormenorizado, se han analizado todos y cada uno de los parámetros incluidos en esta exigente evaluación. Escuela IDEO ha alcanzado una puntuación global (obtenida de la suma de cada uno de los 17 indicadores) de 768 puntos sobre un total de 1.000, lo que confiere una valoración de notable y acredita sobradamente su BBC. En los más importantes indicadores se ha superado, generalmente, la puntuación del 80%.
De esta forma, como resalta Trinidad, "la Escuela IDEO es el primer centro educativo en España que cuenta con esta consideración". Además, con el objetivo de seguir progresando, y con el apoyo de la consultoría de sostenibilidad Areteia (www.areteiarsc.com) que ha participado en el proceso, se ha decidido integrar los criterios y métricas del BBC en el sistema de gestión integral de la escuela. De esta manera, se garantiza que, más allá de un análisis puntual, se tengan presentes día a día los aspectos del bien común en la gestión de la escuela.
Otros centros educativos están en proceso de elaboración del BBC, como la Universidad de Barcelona (UB). Hasta el momento, sólo ha habido un centro educativo en España que ha realizado el BBC, IES Santiago Hernández de Zaragoza, sólo la fase de Semilla 1.

Una forma distinta de educar

El Balance del Bien Común, que nació como instrumento en 2010 con la publicación del libro "Economía del Bien Común", pretende visibilizar las experiencias de buenas prácticas y facilitar la decisión informada de los clientes e inversores a la hora de elegir mediante una etiqueta y/o identificador que muestre en qué grado trabaja esta entidad por el Bien Común.
En la economía real actual se mide el éxito económico con valores o indicadores monetarios, como el producto interior bruto y los beneficios que dejan fuera a los seres humanos y al medio en el que se vive. Sin embargo, generalmente, estos indicadores no revelan aspectos esenciales, como si hay guerra, se vive en una dictadura, si se sobreexplota el medio o si se respetan los derechos humanos,... De la misma manera, se asume que una empresa tenga beneficios no indica nada sobre las condiciones de sus trabajadores ni sobre lo que produce ni cómo lo produce.
"Escuela IDEO tiene una visión innovadora del concepto de la empresa, mediante nuevos modelos de organización del trabajo y unos valores que ponen en foco en las personas y en el modelo de relaciones ganar-ganar", señala José Canales, Director de Escuela Ideo.
Por eso, se ha considerado importante contar con este Balance del Bien Común, que "permite validar objetivamente la contribución al bien común de forma que nos ayude a mejorar en todos los ámbitos. La integración en el movimiento de la EBC favorecerá la cooperación y la retroalimentación de otras empresas y sectores sociales afines", añade el Director de Escuela Ideo.
"Nuestro compromiso con la transformación económica y social se pone de manifiesto en la participación que hacemos en decenas de iniciativas", concluye.

 



http://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/8679456/10/17/Escuela-IDEO-el-primer-centro-educativo-en-Espana-que-acredita-su-aportacion-al-Bien-Comun.html

dijous, 7 de desembre del 2017

Meaningful Innovation: La Innovación al servicio de las personas C.Barrabes

Meaningful Innovation: La Innovación al servicio de las personas 

La búsqueda de una nueva narrativa

Mirando, por un momento, al pasado y observando lo que nos contaba el cine, por ejemplo, en Blade Runner (1982) y Regreso al futuro (1985), veo algo que me llama muchísimo la atención por el contraste que me ofrece con el presente. Más allá de su valor como obras del séptimo arte, estas dos películas compartían un aspecto que revela mucho de la humanidad y de nuestro futuro. En ambas obras subyace una visión, un rasgo prospectivo que recogía algo presente en el imaginario colectivo de la sociedad del momento: los coches voladores. Poco importa que dicha visión no se haya alcanzado, que aún no podamos conducir un coche volador. Para mí, el hecho verdaderamente relevante radica en lo mucho que decía de nosotros como especie, como sociedad, poseer una visión compartida, nuestro propio relato común, capaz no sólo de empujarnos a avanzar, sino también de inspirarnos.

De vuelta en el presente, últimamente una pregunta resuena con persistencia en mi cabeza: ¿Seríamos hoy capaces de sugerir un relato común sobre ese futuro al que nos dirigimos inexorablemente? Nuestro presente, protagonizado por una miríada de innovaciones y nuevos desarrollos tecnológicos, se muestra como una maraña difícil de desentrañar, desvelando un futuro velado cuyos perfiles no están claramente acotados. Lo que sí resulta claro, en mi opinión, es que esa falta de relato se debe a una serie de factores tales como la complejidad, la automatización, el exceso, la incertidumbre y la falta de sentido. Efectivamente, el mundo que nos ha tocado vivir es un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo cuya seña de identidad es el cambio permanente y las crecientes dificultades para anticiparlo e interpretarlo.

Creo, sinceramente, que nos encontramos en un momento clave de nuestra historia, en el que, tras una travesía por el desierto de casi diez años que ha supuesto asumir multitud de sacrificios, llega el momento de las decisiones que marcarán la vida de las próximas generaciones. ¿Qué queremos ser? ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Seremos capaces de construir un consenso sobre ese futuro hacia el que nos encaminamos?

Vivimos, sin duda, momentos de profunda transformación. En la era de la información, su sobreabundancia nos arroja, en tiempo real, noticias plagadas de términos como inteligencia artificial, robótica, big data, computación cuántica, cloud, ciberseguridad, etc, que en muchos casos resultan alarmantes cuando exploramos las consecuencias derivadas de su implantación. Uno de los grandes problemas que veo hoy tiene su raíz en el ritmo vertiginoso con el que acontece todo. Empujados por el exceso y la inmediatez se genera, en muchos casos, una falta de profundidad en el análisis. ¿Somos realmente conscientes de los desafíos que las nuevas coordenadas tecnológicas nos plantean, de su significado y de lo que demandan de nosotros mismos?

La comprensión real de dichos desafíos es un paso esencial para identificar una narrativa común del futuro. Una narrativa, como toda historia, tiene un propósito, un significado y ese, sin duda, es uno de los grandes retos que tenemos como especie. Como sociedad debemos tener un propósito que nos sirva de faro, que nos guíe en el camino para construir un mundo mejor para todos y más inclusivo, un mundo que cuente con todas las personas y que todas sean partícipes de la definición de lo que significa desarrollo, de la construcción de nuestro propio futuro en nuestros propios términos.
Habitamos una era dominada por el optimismo tecnológico, construida sobre el principio de lo que es posible es bueno, pero ¿Es la tecnología suficiente por sí misma para la construcción de un mundo más inclusivo? Si la tecnología no se dota de una narrativa corremos el riesgo de que genere una sociedad distópica liderada por una nueva élite de superhumanos con acceso exclusivo a los últimos avances en manipulacion genética, inteligencia aumentada o mejoras radicales en salud, aumentando exponencialmente la brecha y desigualdad social.

Hacia la búsqueda de certezas compartidas: los Objetivos de Desarrollo Sostenible 

Llegados a este punto, me pregunto si disponemos hoy de esa hoja de ruta compartida que nos permita vertebrar un mundo mejor para todos los seres humanos. Creo firmemente que sí, que los Objetivos de Desarrollo Sostenible son ese faro capaz de aglutinar nuestras voluntades alrededor de la búsqueda de una respuesta a tres de nuestros grandes desafíos:
  • Erradicar la pobreza extrema.
  • Combatir la desigualdad y la injusticia.
  • Solucionar el cambio climático.
 En definitiva, a través de estos objetivos buscamos asegurar un futuro de prosperidad para todas las personas. Nuevamente, echando la vista atrás, creo que nunca en la historia de la humanidad habíamos dispuesto de un conjunto de herramientas tan poderosas como las que nos proporciona hoy la tecnología. Pero precisamente por eso, hoy más que nunca, es necesario que recordemos que la tecnología es simplemente una herramienta, de gran potencial, pero una herramienta, al fin y al cabo, que no debe ser considerada como un objetivo en sí misma, sino como un instrumento de primer orden en la consecución de ese mundo mejor para todos.

En lo que debiera ser nuestro camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, uno de los grandes retos que debemos abordar tiene que ver con las consecuencias que genera el impacto tecnológico en las personas, los negocios y las instituciones: la automatización que amenaza el empleo; la economía de la abundancia y el exceso, que conduce a la inmediata comoditización de los productos y servicios; la generación de nuevos modelos de negocio que desplazan otros tradicionales; la globalización, que ha transformado el propio concepto de producción. En definitiva, un mundo que nos despoja de la linealidad, de la tautología causa-efecto para adentrarnos en un nuevo escenario líquido, configurado como una red de infinitos puntos conectados de infinitas maneras distintas, un mundo sin principio ni fin, en una relación tan imbricada que es imposible de aprehender y abarcar, el mundo de la complejidad.


Educación y formación como respuesta a la complejidad

Si hay un ámbito en el que es especialmente visible cómo las certezas del pasado se han evaporado sin que hayan sido ocupadas por otras nuevas y cuya relevancia para afrontar la incertidumbre y complejidad del presente y futuro es clave, ése es el de la educación y la formación.
 Durante siglos, el sistema educativo ideado, prácticamente en tiempos de la primera Revolución Industrial, ha mantenido ese relato lineal, esa certeza proveniente de lo conocido: recibimos la educación en un período determinado de la vida para, posteriormente, ponerlo en práctica en nuestros puestos de trabajo. Pero de repente la validez temporal del conocimiento se ha convertido en algo efímero, en un instante en el tiempo que antes de poder comprender ya demanda nuevos conocimientos. La educación se solía basar en la transmisión de certezas, pero ¿cómo se forma en un mundo donde las certezas no existen, dónde la única certeza es el cambio?

Los retos a los que nos enfrentamos en el ámbito de la educación, y sus posibles respuestas se han convertido, de esta forma, en uno de los temas más recurrentes en la actualidad y que más debería ocuparnos y preocuparnos como sociedad, dado que es la mejor luz para desenvolvernos en un mundo lleno de complejidad ¿Qué tipo de educación necesitamos para responder a los retos que genera este presente disfrazado de futuro que habitamos?

Los extraordinarios niveles mecanización futuros y las consecuencias que ello tiene sobre el empleo constituyen, sin duda alguna, uno de los rasgos más ciertos de este mundo incierto. Ello no sólo porque las máquinas son excelentes ejecutores de órdenes, sino, sobre todo, porque empiezan a aprender, lo que eleva exponencialmente las posibilidades de sustitución de trabajo. Un reciente estudio de Mckinsey (2017) destaca que, en un escenario medio (ni pesimista ni optimista), de aquí a 2030 unos 400 millones de personas serán desplazadas de su puesto de trabajo como consecuencia de la automatización, pero que, a su vez, también creará enormes posibilidades a través de la creación de nuevos perfiles profesionales (entre 390 y 590 millones en un escenario medio). Tal y como se nos presenta este escenario, la transición y el cambio serán la moneda común en la adaptación a esas nuevas coordenadas, generando un período de tránsito mayor de lo que significó para la humanidad el paso de las economías agrarias a las economías industriales.

Es en este contexto en el que el sistema educativo adquiere, desde mi punto de vista, una relevancia extraordinaria, ya que debe desempeñar un papel bisagra del sistema no sólo respecto a lo que se aprende, sino también a cómo se aprende. Respecto a lo primero, junto a las competencias que necesitaremos para interaccionar con las máquinas parece también necesario, en un escenario de complejidad como el actual, dejar un espacio para integrar el conocimiento diverso sobre disciplinas científicas y humanistas. Si hay un elemento clave que creo que debemos comprender es, precisamente, la relevancia que suponen aquellas personas que, dada su sabiduría en conocimientos diversos, son capaces de generar conocimiento para el cambio productivo. Dichos perfiles serán, cada vez más, codiciados por su resiliencia y capacidad de adaptación al cambio.
En este sentido, siempre me gusta destacar la dicotomía entre educación y formación, particularmente por la relevancia de ésta para generar nuevas oportunidades para personas que pueden haber sido dejadas de lado, así como por la demanda de permanente adaptación al cambio que nos imponen los nuevos condicionantes de nuestro tiempo. El lifelong learning se convierte, de esta forma, en una vía que nos permite dar respuesta a los desafíos de nuestro tiempo. Mientras la educación es para siempre, la formación nos lleva por un camino de aprendizaje permanente.

Meaningful Innovation: innovación al servicio de las personas

Si asumimos que nuestros actos determinan lo que queremos decir de nosotros y, por ende, lo que queremos ser, España debería tener claro lo que quiere ser y hacia dónde quiere dirigirse. La innovación, entendida como el desarrollo de nuevo conocimiento que genera valor, es uno de los pilares clave para que seamos capaces de construir sociedades basadas en los principios impulsados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, además de ser un elemento capital para el desarrollo económico. 

Durante los años de crisis, muchos países tuvieron que realizar sacrificios para cumplir con los esfuerzos derivados de la imposición de políticas austeridad, particularmente en la Unión Europea. Aquellos elementos en los que decidieron recortar o no recortar suponen algo más que una declaración de intenciones, un faro que define su apuesta de futuro. Entre los años 2009 y 2016 la inversión total en I+D en la Unión Europea se incrementó un 27,4%, liderando este avance países como Reino Unido y Alemania (39,3% y 37,9% respectivamente). En ese mismo período tiempo España vio como dicho concepto se redujo un 9,1%, representando el 58,6% de la inversión realizada en media por los países de la UE. Además, por sexto año consecutivo la inversión en actividades de I+D ha visto como perdía peso en la estructura productiva del país3. ¿Es este el camino que queremos seguir como país o necesitamos reevaluar nuestras prioridades?
 Pero también la cultura de la innovación necesita de un cambio, de una transformación de mentalidad en las sociedades, y particularmente en la nuestra. Creo necesario impulsar una cultura que reconozca los esfuerzos realizados a largo plazo y sin perspectiva de réditos inmediatos, y el reforzamiento de los intangibles como elementos capaces de generar valor añadido. No todo pasa por la materialización de la innovación en algo físico y tangible. De hecho, un tercio del valor de los productos que compramos hoy proviene de elementos intangibles como el diseño y la marca. Elementos que no somos capaces de tocar como los factores productivos (trabajo o capital físico), pero capaces de apalancarse en las aptitudes exclusivas de los seres humanos para empatizar y comprender a los demás.

Si tomamos el concepto meaningful innovation, como un elemento diferencial en un entorno en el que las experiencias van ganando terreno como expresión de un nuevo modelo que deja la posesión y la producción tal y como las conocemos atrás, la capacidad de empatizar y dotar de significado a aquello que hacemos se presenta como una respuesta a la necesidad de dotar de sentido a la complejidad a la que nos enfrentamos. De esta forma, la creación de este tipo de experiencias va más allá del mero desarrollo tecnológico y pasa por conocer a las personas y preocuparnos por sus vidas de forma genuina. Ha llegado el momento de romper el vínculo exclusivo entre innovación y desarrollo tecnológico, tender otros puentes y comprender que la innovación debe entenderse desde una perspectiva más integral, más diversa, que abarque múltiples disciplinas y que, de esta forma, nos permita afrontar los grandes problemas de los seres humanos, contando con éstos y comprendiendo sus preocupaciones, sus necesidades y sus sueños. Se trata de innovar de forma sostenible y de hacerlo con un propósito para que lo que hagamos realmente merezca la pena. Se trata de innovar desde y para las personas, poner la tecnología al servicio de una narrativa responsable con nuestro futuro y el del ecosistema que lo sostiene. Y desde ahí crear valor en forma de una economía rica y generadora de nuevos empleos, un modelo económico que no deje a nadie atrás, que nazca de la humildad de entender quiénes somos, con nuestras propias debilidades y nuestras grandes y únicas capacidades como seres humanos.

 

Ese y no otro es el gran desafío de nuestro tiempo y de cómo decidamos enfrentarnos a él como país y como sociedad dependerá nuestro futuro.

https://www.linkedin.com/pulse/meaning-innovation-la-innovaci%C3%B3n-al-servicio-de-las-carlos-barrabes/


dimarts, 5 de desembre del 2017

Aprobado el real decreto para aumentar la información no financiera de las empresas

Aprobado el real decreto para aumentar la información no financiera de las empresas

Obliga a informar sobre aspectos sociales, medioambientales o de derechos humanos

El Consejo de Ministros ha aprobado el Real Decreto Ley en Materia de Divulgación de Información no Financiera. Se trata de la trasposición al marco jurídico español de una Directiva comunitaria y obliga a las grandes empresas y grupos empresariales a informar de aspectos sociales, diversidad, medioambientales, respeto a los derechos humanos y lucha contra la corrupción dentro del informe de gestión que acompaña a las cuentas anuales.

Este Real Decreto Ley que transpone la Directiva sobre divulgación de información no financiera y sobre diversidad modifica el Código de Comercio y el texto refundido de la Ley de Sociedades de Capital y la Ley de Auditoría de Cuentas. El objetivo es aumentar la información no financiera del informe de gestión que acompaña a las cuentas anuales individuales y consolidadas en grandes empresas en lo relativo a cuestiones sociales, medioambientales, recursos humanos, respeto a los derechos humanos y lucha contra la corrupción.

El objetivo es aumentar la información no financiera del informe de gestión que acompaña a las cuentas anuales en grandes empresas

La información hará referencia a las medidas adoptadas para promover la igualdad de género, condiciones de trabajo, el diálogo social, el respeto de los derechos sindicales, la seguridad en el lugar de trabajo y las medidas de diálogo y protección con las comunidades locales. En lo que atañe a cuestiones medioambientales, las empresas tendrán que aportar información detallada sobre los efectos actuales y previsibles de sus actividades en el medio ambiente, salud y seguridad, uso de la energía, emisiones de gases de efecto invernadero, consumo del agua y contaminación atmosférica.

Derechos humanos y lucha contra la corrupción

En materia de derechos humanos, el estado de información no financiera debería incluir información sobre los impactos potenciales y reales de la actividad de la empresa al respecto, así como las disposiciones aplicadas para impedir los abusos y medidas para mitigarlos, gestionarlos y repararlos. En relación con la lucha contra la corrupción y el soborno, las empresas deberán incluir información sobre los procedimientos y recursos de control interno dedicados a prevenir estas conductas.

Estos cambios normativos afectan a empresas grandes con consideración de entidad de interés público cuyo número medio de trabajadores durante el ejercicio sea superior a quinientos y que durante dos ejercicios consecutivos reúnan al menos dos de las siguientes circunstancias: que el total de las partidas del activo sea superior a veinte millones de euros, que el importe neto de su cifra anual de negocios supere los cuarenta millones de euros o que el número medio de trabajadores empleados sea superior a 250.

Sociedades anónimas

Para las sociedades anónimas cotizadas se exige, además, que incluyan, dentro del informe anual de gobierno corporativo, las políticas de diversidad de competencias y puntos de vista aplicados en la elección de su consejo de administración; en concreto, las relativas a edad, género, discapacidad, formación o experiencia profesional.

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