dissabte, 13 d’octubre del 2018

La economia del bien Comun .Nolte

LA ECONOMíA DEL BIEN COMúN

Bajo el nombre de 'Economía del Bien Común' (EBC) han surgido en la última década algunas propuestas con el ánimo de constituirse en contrapunto a la actual economía de mercado. Dos respetados economistas han publicado bajo idéntico título sendos libros con sus reflexiones al respecto.

Christian Felber, cofundador de Attac, en Austria, repite en sus planeamientos (2010) los postulados previos altermundistas del citado movimiento civil hasta elevarlo al rango de modelo económico. Bajo dicho modelo, la EBC prioriza valores como la cooperación y solidaridad frente al afán de lucro y competencia. El beneficio empresarial se sustituye por el beneficio común y el Producto Interior Bruto (PIB) por el Producto del Bien Común.
Las empresas adscritas a la EBC tendrán impuestos reducidos, aranceles ventajosos, créditos baratos y privilegios en las compras públicas y en el acceso a programas de investigación. Los salarios máximos estarán limitados a 20 veces los mínimos, ninguna propiedad excederá de un determinado techo y las herencias serán socializadas engrosando una 'dote democrática' para futuras generaciones. El horario de trabajo retribuido se verá reducido escalonadamente hacia las 30 horas semanales y cada décimo año el trabajador disfrutará de un 'año sabático' que será financiado a través de un salario mínimo incondicional.
La propiedad de las grandes corporaciones pasará a sus empleados y en lo político se erigirán 'parlamentos económicos' con prelación sobre los gobiernos, dictaminando sobre la categoría y alcance de los 'bienes democráticos' entre los que destaca un 'banco democrático' controlado de forma asamblearia. El Estado se financiará gratis en el Banco Central y los tipos de interés serán irrelevantes. A nivel local, diversas monedas regionales convivirán con la moneda nacional. En todas las instancias la democracia representativa será completada por la democracia participativa asamblearia.
Este delicioso cuento de hadas no explica como se trasladará la información transitiva en los mercados, ni como se financiarán inversiones y proyectos, ni quien definirá los bienes comunes que sólo serán mayoritarios ni que mecanismo sustituirá al mercado en la asignación de recursos. En defensa del librecambio, Adam Smith, el inventor de la mano invisible, recordaba una y otra vez que la eficiencia del librecambio pasaba por la ausencia de posiciones dominantes de mercado.
Si se analiza sin apasionamiento, la división del trabajo no es otra cosa que una magna estructura de cooperación y la competencia representa un mecanismo de discriminación fértil entre los distintos planes empresariales, que satisfacen o no los deseos soberanos de los consumidores. El consumidor, último destinatario de la economía dice libremente si o no. La competencia es consustancial con la escasez de los recursos disponibles. El capitalismo se convierte, en resumen, en un sistema que aspira al bien común a través de los intereses personales.
Menos radical, el Nobel Jean Tirole establece (2016) sus propios límites al sistema. «La victoria de la economía de mercado sólo ha sido una victoria a medias, pues no se ha ganado a la gente. Su supremacía se acepta con fatalismo, unido en algunos casos a la indignación». La 'Economía del Bien Común' consiste, sobre todo, en la ambición de que las instituciones económicas contribuyan al interés general.
La labor de la mano visible (el Estado) consiste en corregir los múltiples fallos de la invisible (el mercado)
El director de la Escuela de Economía de Toulouse (Francia) destaca el concepto del 'Gap de la Información' basado en la evidencia de que las decisiones de consumidores y empresas gozan de una información limitada y a veces se esconden de la evidencia. Como ejemplo señala que «las personas no admiten que un endeudamiento público creciente pone en peligro el bienestar social y se resisten a las políticas de austeridad». Asimismo, el camino de la economía se halla cercado a menudo por intereses bastardos, por 'lobbies' poderosos o por el rechazo de las instituciones a compartir o abandonar el poder. De ahí la necesaria revitalización de lo público, corazón de la 'Economía del Bien Común'. La mano invisible (el mercado) y la mano más visible (el Estado) son complementarias. La labor de este último consiste en corregir los múltiples fallos de aquel.
Entre ambas doctrinas, o al margen de ellas, se encuentra la inquietante exhortación 'Evangelii Gaudium' del Papa Bergoglio cuando advierte que «tenemos que decir 'no' a la economía de la exclusión y de la inequidad. Esa economía mata». Un aldabonazo para la reflexión
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https://www.elcorreo.com/opinion/economia-bien-comun-20181008195129-nt.html

"El autor de este articulo debería leer mas detenidamente el libro de Felber para advertir que lo que propone la economía del bien común es una economía de mercado pero con reglas que lo hagan verdaderamente eficiente desde el punto de vista de la asignación de recursos y del bienestar general. Esta es la gran confusión de muchos cuando tratan de conocer este modelo, interpretan que la asignación de recursos se hace de una manera centralista, anulando el mercado. De esta forma se asimila capitalismo con economía de mercado, y no es lo mismo. Pero el mercado no es un ente aséptico, sino una institución y como tal tiene sus reglas establecidas por los estados y sus legisladores. Las que lo gobiernan actualmente generan mercados asimétricos, gobernados por el poder del mas fuerte, sin transparencia y desinformados, existiendo una absoluta competencia desleal con respecto a las empresas que concurren a ese mercado con comportamientos éticos, es decir, que pagan de forma digna a sus trabajadores que cuidan del medio ambiente, que no utilizan la ingeniería fiscal para evadir impuestos ...Los productos de estas empresas aparecen en el mercado con precios mas altos. No se compite en igualdad de condiciones y el consumidor cuando accede a ese mercado, primero, no dispone de información suficiente para tomar buenas decisiones porque el etiquetado de estos productos confunde mas que informa y segundo, no dispone de suficiente renta para ser un consumidor responsable. Ser responsable cuesta porque los productos éticos son mas caros. Lo que verdaderamente propone la EBC en el sentido de Felber (la versión de Tirole discrepa bastante) es una economía de mercado cooperativa y no competitiva con reglas y normas que incentiven las buenas prácticas de las empresas éticas, por ejemplo priorizando en la compra pública o con menor fiscalidad, de tal forma que los precios resulten mas bajos, además de medir el éxito a través del balance del bien común y no el financiero. Y por supuesto la EBC no es un modelo capitalista. El capitalismo tiene como objetivo el incremento del capital, se invierte en aquello que genera mayor valor monetario sin importar el impacto que ocasione. En la EBC el objetivo es el bien común, el capital es un medio" Carmen Rodriguez

Tirole en su libro la Economia del bien comun, analiza la economia con las estructuras, con las instituciones actuales, con las reglas de juego actuales,con la ciencia economica actual, 
Felber  analiza la economia del bien comun, siendo necesaria una transicion para cambiar las estructuras actuales.

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