dijous, 13 de juny del 2019

Evolución del capitalismo ¿empieza su fin? Vs The future of capitalism Paul Collier

La comunidad científica advierte del fin inminente del capitalismo

Un abandono del uso de combustibles fósiles motivado por el cambio climático implicaría necesariamente un cambio radical en la economía mundial.

Imagen: Shutterstock
El capitalismo tal como lo conocemos se ha acabado. Eso sugiere un informe encargado por un grupo de científicos designados por el Secretario General de la ONU. ¿La razón? Estamos en pleno proceso de rápida transición hacia una economía mundial radicalmente distinta, como consecuencia de la explotación insostenible de los recursos medioambientales del planeta.
Se aceleran los efectos del cambio climático y el ritmo al que se extinguen las especies, y las sociedades están sufriendo mayor desigualdad, desempleo, menor crecimiento económico, aumento de la deuda y la ineptitud de sus gobiernos. En contra de lo que suelen creer los legisladores respecto a estos problemas, el informe señala que no se trata de crisis separadas.
Estamos más bien ante crisis que forman parte de la misma transición radical hacia una nueva era caracterizada por la producción ineficaz de combustibles fósiles y el coste cada vez más elevado del cambio climático. En esta era que comienza, según el informe, la mentalidad capitalista convencional ya no es capaz de explicar, predecir o solucionar los entresijos de la economía mundial.
El cambio energético
Esas son las desoladoras conclusiones de un informe científico de antecedentes preparado por un equipo de biofísicos finlandeses. El cometido de este grupo de la finlandesa Unidad de Investigación BIOS era el de ofrecer datos para elaborar el Informe Mundial de Desarrollo Sostenible de la ONU, previsto para este año.
Por “primera vez en la historia de la humanidad”, reza el informe, las economías capitalistas “están pasando a fuentes de energía menos eficientes”. Esto se aplica a todas las formas de energía. La producción de energía utilizable con la que seguir potenciando “actividades humanas básicas y no básicas” en la civilización industrial “requerirá más esfuerzo, y no menos”.
Los científicos se refieren al revolucionario trabajo del ecologista de sistemas Charles Hall, de la Universidad Estatal de Nueva York, y del economista Kent Klitgaard, del Wells College. A principios de 2018, ambos profesores publicaron una edición actualizada de su influyente libro, Energy and the Wealth of nations: An Introduction to Biophysycal Economics.

MIRA:

Hall y Klitgaard se muestran sumamente críticos con la teoría económica capitalista predominante, la cual, según ellos, se ha alejado irremisiblemente de los principios más básicos de la ciencia. Aluden al concepto de “rentabilidad energética de la inversión” (EROI, por su acrónimo inglés) como indicador clave del cambio hacia una nueva era de precariedad energética. la EROI es un sencillo indicador que mide cuánta energía usamos para obtener más energía.
“En el último siglo, lo único que teníamos que hacer era extraer más y más petróleo del suelo”, señalan Hall y Klitgaard. Hace décadas, la EROI de los combustibles fósiles era muy elevada: un poco de energía permitía extraer grandes cantidades de petróleo, gas y carbón.
Sin embargo, esta ratio ha cambiado. Hoy día usamos más energía para extraer menores cantidades de combustibles fósiles. Esto se traduce en mayores costes de producción para obtener lo necesario para mantener la maquinaria de la economía en marcha. Todavía hay más material bajo tierra, miles de millones de barriles, seguramente suficientes para freír el planeta varias veces.
No obstante, ahora es más difícil y costoso extraerlo, Y el coste medioambiental es mucho peor, como ya demostró la ola de calor generalizada del año pasado.
Pero los mercados capitalistas no quieren reconocer estos elevados costes. Simplemente no pueden concebirse con los modelos económicos predominantes.
En agosto de 2018, el inversor milmillonario Jeremy Grantham ⎯conocido por haber predicho de forma sistemática las burbujas financieras⎯ publicó una actualización de su análisis de abril de 2013, The Race of Our Lives.
"Nos enfrentamos a una forma de capitalismo que ha centrado sus esfuerzos en la maximización del beneficio a corto plazo sin interés alguno por el bien social”
El nuevo documento, The Race of Our Lives Revisited, es una crítica brutal a la complicidad del capitalismo contemporáneo en la crisis ecológica. Su veredicto es que “el capitalismo y la economía predominante simplemente no son capaces de lidiar con estos problemas”, refiriéndose al agotamiento sistemático de los ecosistemas del planeta y de los recursos medioambientales:
“Ni siquiera se tiene en consideración el coste de sustitución del cobre, el fosfato, el petróleo y el suelo que usamos. Si así fuera, es probable que en los últimos 10 o 20 años (al menos para el mundo desarrollado) no haya habido beneficios ni aumento de los ingresos, sino todo lo contrario”, señalaba.
En resumidas cuentas, según Grantham, “nos enfrentamos a una forma de capitalismo que ha centrado sus esfuerzos en la maximización del beneficio a corto plazo sin interés alguno por el bien social”.
Sin embargo, pese a su influencia y pensamiento crítico, Grantham olvida el factor más fundamental de la situación en la que nos encontramos actualmente: la transición a un futuro con una EROI baja en el que no podremos seguir extrayendo los mismos niveles de excedente de energía y materias que obteníamos hace décadas.
Multitud de expertos están convencidos de que estamos dejando atrás el capitalismo, si bien difieren respecto a las consecuencias que esto tendrá. En su libro Postcapitalismo: Hacia un nuevo futuro, el periodista económico británico Paul Mason señala que la tecnología de la información está allanando el camino para la emancipación de la fuerza laboral al reducir a cero el coste de la producción. De esta forma, asegura, se iniciará una era “poscapitalista” utópica caracterizada por la abundancia extrema y que trascenderá el sistema de precios y las reglas del capitalismo.
Puede sonar bien, pero Mason ignora por completo la infraestructura física colosal del “internet de las cosas”, que crece de forma exponencial. Se prevé que su alzamiento digital consumirá cantidades cada vez más ingentes de energía que producirían el 14 por ciento de las emisiones totales de carbono para el año 2040.
Hacia un nuevo sistema operativo económico
La mayoría de observadores, por tanto, desconocen por completo las realidades biofísicas señaladas en el informe de antecedentes encargado por el Secretario General de la ONU: que el motor de la transición al poscapitalismo es precisamente el declive de aquello que hizo posible el “capitalismo del crecimiento infinito”: la energía barata y abundante.
En general, el informe señala que hemos avanzado a un territorio nuevo, impredecible y sin precedentes en el que no hay respuestas para la economía convencional. El crecimiento económico se ha frenado, los bancos centrales han recurrido a tipos de interés negativos y están comprando grandes cantidades de deuda pública para mantener a flote nuestra economía. Pero ¿qué ocurrirá cuando estas medidas se hayan agotado? Gobiernos y bancos se están quedando sin opciones.
“Podría decirse sin dudar que no existen modelos económicos que puedan aplicarse a la nueva era”, señalan los científicos finlandeses.
Tras identificar este vacío, señalan oportunidades para la transición.
En un futuro con una EROI reducida, no queda otra que aceptar el hecho de que no seremos capaces de mantener los niveles actuales de crecimiento económico. “Durante las próximas décadas, va a ser extremadamente difícil, cuando no imposible, satisfacer los niveles actuales de consumo energético con soluciones basadas en bajos niveles de emisiones de carbono”, concluye el documento. La transición económica debe necesariamente ir acompañada de medidas para “reducir el consumo total de energía”.
Las áreas clave implicadas en esto son el transporte, los alimentos y el sector de la construcción. La planificación urbana debe adaptarse para fomentar los desplazamientos a pie y en bicicleta, así como la electrificación del transporte público. Los hogares y los espacios de trabajo estarán más conectados y adaptados. Por otra parte, el transporte de mercancías internacional y la aviación no pueden seguir creciendo a el ritmo actual.
"Pero los mercados capitalistas no serán capaces de facilitar los cambios necesarios. Será precisa la intervención de los gobiernos y las instituciones deberán ajustar los mercados a los objetivos de supervivencia humana"
Al igual que con el transporte, también será preciso revisar el sistema alimentario mundial. El cambio climático y la agricultura intensiva basada en el petróleo han provocado que haya países que dependan de la importación de alimentos de unas pocas áreas de producción. Será esencial efectuar un cambio hacia la autosuficiencia alimentaria en países pobres y ricos. Y por último, los productos lácteos y la carne deberían dar paso a dietas basadas en plantas.
Asimismo, la fabricación industrial basada en un elevado consumo energético y en el cemento y el acero deberá buscar materiales alternativos. El informe de BIOS recomienda recuperar las construcciones duraderas en madera y otras opciones, como la biomasa.
Pero los mercados capitalistas no serán capaces de facilitar los cambios necesarios. Será precisa la intervención de los gobiernos y las instituciones deberán ajustar los mercados a los objetivos de supervivencia humana. Actualmente, las perspectivas de que eso ocurra son escasas.
La cuestión de si el sistema resultante de este cambio seguiría constituyendo una forma de capitalismo es puramente semántica y depende de la definición de capitalismo que se tome.
“En esa situación, el capitalismo no sería como el que tenemos ahora”, señala uno de los autores, el doctor Järvensivu. “La actividad económica se rige por el significado ⎯mantener las mismas posibilidades para una vida aceptable a la vez que se reducen las emisiones drásticamente⎯ más que por el beneficio, y ese significado se creará política y colectivamente. Creo que este es el mejor caso posible en lo que respecta a un mercado moderno y a las instituciones de mercado. Sin embargo, no puede darse sin reformular profundamente el pensamiento económico-político".
Este artículo apareció originalmente en VICE US. .
https://www.vice.com/es/article/43pek3/capitalismo-final-inminente?utm_source=vicefbes&fbclid=IwAR3Utfm_EXK_HW1Xahca-V44LEizLhArNTTkzKWo_sviTLea1qWoWl6FWXI
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Creo que estamos en transición hacia nuevos modelos, pero no creo que el capitalismo este ya acabando, porque los paises en desarrollo lo seguiran utilizando, porque no existe solo el capitalismo, existen los modelos duales como el chino, con economia planificada y economia financiera capitalista.
Si estamos en una transcion, en una revolucion cientifica, industrial, que provocara grandes cambios, socioeconomicos, primero en el mundo laboral, por la IA, la robotización, las nanotecnolgias, el big data etc que de momento requeriran grandes inversiones de capital, de grandes accionistas siguiendo el modelo actual, nos guste o no.
Si es cierto que la economia social, la economia colaborativa seguira ganadno peso, y sera la mejor alternativa al sistema actual, siempre que se regule de forma adecuada,pero para ello son nesesarias instituciones supranacionales.
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2-The future of capitalism Paul Collier
 
I’m a big fan of Paul Collier. A highly respected Oxford economist (and a knight!), he has spent his career trying to understand and alleviate global poverty. His book The Bottom Billion is still on the short list of books that I recommend to people, even though a lot has changed since it was published 12 years ago.
So I was a little surprised when I learned that Collier’s latest book isn’t about poverty at all. But when I saw that it was about something I’m also keenly interested in—the polarization we’re seeing in the U.S., Europe, and other places—I was eager to see what he had to say. I’m glad I did. The Future of Capitalism: Facing the New Anxieties, is an ambitious and thought-provoking book.
Collier wrestles with a tough problem. If you measure by things like GDP growth and lifespan, life is better for more people around the world than it has ever been. And yet many people are questioning the capitalist system that produced those gains. There’s an understandable sense that the system is in crisis.
Why is this happening? Collier says we’re experiencing three big rifts: 1) a spatial divide between booming cities and struggling small towns; 2) a class divide between people who have a college education and those who don’t;  and 3) a global divide between high- and middle-income countries on the one hand, and fragile states on the other.
Collier has a personal perspective on all three divides. He grew up in industrial Sheffield, England; now he makes his home in an upscale college town. Both of his parents left school when they were 12; he went to Oxford. He lives in a rich country, but because of his work, he spends a lot of time in some of the poorest places in the world.
As a result of the three trends, Collier says, capitalism is delivering for some people but leaving others behind. For example, he makes a point that should feel familiar to anyone living in London, New York City, or my hometown of Seattle. Highly skilled workers have a big incentive to move to cities, where they can get high-paying jobs. When all those big earners cluster in one place, more businesses sprout up to support them. This large-scale movement into the city drives up the cost of land, making it less affordable for everyone else. It is a virtuous cycle for a lucky few and a vicious one for others.
This all adds up to a compelling description of the problem. What should we do about it?
I found myself agreeing with a lot of what Collier has to say. I was especially struck by the central idea of his book, that we need to strengthen the reciprocal obligations we have to each other. This won’t directly address the divides, but it will create the atmosphere where we can talk more about pragmatic solutions to them. “As we recognize new obligations to others,” Collier writes, “we build societies better able to flourish; as we neglect them we do the opposite…. To achieve the promise [of prosperity], our sense of mutual regard has to be rebuilt.”
He looks at four areas where we can do this: the global level, the nation-state, the company, and the family. Globally, for example, he argues that we need to revitalize groups like NATO and the EU while also recognizing the need to help the world’s poorest people escape poverty (an area that is of special interest to me given the Gates Foundation’s work).
At the corporate level, Collier criticizes the notion that a company’s only responsibility is to make money for its shareholders. This sole focus on the bottom line, he argues, means many companies no longer feel responsible to their employees or the communities where they operate. This has been a big driver, he says, of “the mass contempt in which capitalism is held—as greedy, selfish, corrupt.”
I agree that companies need to take a long-run view of their interests and not just focus on short-term profits. It matters how businesses are viewed in their communities and by their employees. I think the profit motive encourages companies to take such a broad view of their interests more often than Collier acknowledges, although there are plenty of exceptions. And when we want companies to act a certain way—for example to reduce pollution or pay a certain amount of taxes—I think it’s more effective to have the government pass laws than to expect them to voluntarily change their behavior.
If I had the chance, I would ask Collier more about this. I finished the book wondering if he thinks we can change the incentive structure so companies act differently. Or perhaps some companies don’t realize that their long-term interests require valuing things other than the bottom line. It would be fascinating to discuss with him.
I would also take Collier’s world/nation/company/family argument one step further. I would add a fifth category: community. We need to re-connect at the local level, where we’re physically close enough to help each other out in times of need. Churches can serve this purpose. So can community groups. Digital tools have also helped people connect with their neighbors, though I think there’s still more that could be done there.
With a complex subject like this, it is always easier to describe the problem than to solve it. The Future of Capitalism devotes a lot of time to how we might ease people’s anxieties, including more vocational training, support for families (what he calls “social maternalism”), and policies designed to make companies behave more ethically.
Although I don’t agree with all of Collier’s suggestions, I think he is right more often than not. Melinda and I will have more to say about inequity in our next Goalkeepers report in September. But to take just one example, I think the U.S. government needs more revenue to meet its commitments, and that means raising taxes on the wealthiest. Similarly, Collier makes a good case for raising taxes on the unearned income of high-wage workers in cities (like when the value of their land goes up simply because they can afford to live in a place where other well-off people want to live).
Ultimately, I agree with him that “capitalism needs to be managed, not defeated.” We should do more to curb its excesses and minimize its negative aspects. But no other system comes close to delivering the innovations and economic growth that capitalism has sparked around the world. This is worth remembering as we consider its future.

Una reseña de Bill Gates:

" me encontré a mí mismo de acuerdo con mucho de lo que collier tiene que decir. Me ha golpeado especialmente la idea central de su libro, que tenemos que fortalecer las obligaciones recíprocas que tenemos entre sí. Esto no va a abordar directamente las divisiones, pero va a crear la atmósfera donde podemos hablar más sobre soluciones pragmáticas para ellos. " a medida que reconocemos nuevas obligaciones con los demás," collier escribe: " construimos las sociedades mejor capaces de florecer; como nosotros los descuidar hacemos lo contrario.... para lograr la promesa [de la prosperidad], nuestro sentido del respeto mutuo tiene Para ser reconstruido."
Él mira cuatro áreas en las que podemos hacer esto: el nivel global, el estado-Nación, la compañía y la familia. A nivel mundial, por ejemplo, argumenta que tenemos que revitalizar grupos como la otan y la ue, mientras que también reconocemos la necesidad de ayudar a las personas más pobres del mundo a escapar de la pobreza (un área que es de especial interés para mí dada la obra de la Fundación Gates).
A nivel corporativo, collier critica la idea de que la única responsabilidad de una empresa es ganar dinero para sus accionistas. Este único enfoque en la línea inferior, argumenta, significa que muchas empresas ya no se sienten responsables de sus empleados o de las comunidades donde operan. Este ha sido un gran conductor, dice, de " el desprecio masivo en el que se celebra el capitalismo-como codicioso, egoísta, corrupto."
Estoy de acuerdo en que las empresas tienen que tomar una visión de largo plazo de sus intereses y no sólo centrarse en los beneficios a corto plazo. Importa Cómo se ven las empresas en sus comunidades y por sus empleados. Creo que el motivo de lucro alienta a las empresas a tomar una visión tan amplia de sus intereses más a menudo que collier reconoce, aunque hay un montón de excepciones. Y cuando queremos que las empresas actúen de cierta manera, por ejemplo, para reducir la contaminación o pagar una cierta cantidad de impuestos-Creo que es más eficaz tener las leyes del gobierno que esperar que cambien voluntariamente su comportamiento.
Si tuviera la oportunidad, le haría más a collier sobre esto. Terminé el libro preguntándome si cree que podemos cambiar la estructura de incentivos para que las empresas actúen de manera diferente. O tal vez algunas empresas no se dan cuenta de que sus intereses a largo plazo requieren valorar las cosas aparte de la línea inferior. Sería fascinante discutir con él...
También me gustaría tomar el argumento mundial / Nación / empresa / familia de collier un paso más allá.
Me gustaría añadir una quinta categoría: Comunidad."

  • https://www.edge.org/response-detail/26756?fbclid=IwAR2w_fulOfAd_ZNKx-jhjWlPrGmx_-IoBjA9YOl6nvw6hZJBBlThoJJuXQE
  • https://www.youtube.com/watch?v=SYsy6qbKp3Y&ab_channel=NewEconomicThinking&fbclid=IwAR1bU-OHRr0jcQEDzR3LylwlgF__UJhYJhFAQ9A_cCqfgsQEk9c_YFEBMrs
 
  • https://forosenar.blogspot.com/2019/07/mi-companero-el-robot-la-automatizacion.html?fbclid=IwAR2yGcqRmKIlLsSSowvl9J5RhlVDEXq5ItzytRKpYOJBMRaGKe7JnX_3IWU
 
 




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